Entré por primera vez a un estudio de grabación cuando tenía dos añitos a decir mi primera frase para un anuncio de una tienda de ropa de bebés. Una frase que por lo que me cuentan tuve que repetir un montón de veces, puesto que casi no sabía hablar, de hecho al micrófono que tenía delante de mí lo llamaba pécoton (así se decía micrófono en mi idioma parece ser) y de ahí viene el nombre de mi empresa.