Si decidiste pasar del organizador de bodas y tienes pensado llevar a cabo la planificación tú misma, ¡excelente! Hay pocas cosas en la vida mejores que lograr la boda perfecta. Pero no te equivoques, los organizadores de bodas son profesionales a tiempo completo por alguna razón. Si no eres precavida, fácilmente terminarás sobrecargada y enloqueciendo en el proceso.

Afortunadamente para ti, te vamos a ayudar a sobrevivir esto. Hoy, en colaboración con 2×3, te traemos tres consejos primordiales para planear esa boda perfecta sin morir en el intento. Cuando termines de leer este artículo, sabrás cómo mantenerte cuerda y organizada mientras planificas tu boda.

Empieza a planificar con tiempo

El error más grande que las novias novatas cometen es procrastinar. La novia común saltará de primeras a Pinterest u otros sitios a revisar vestidos de novia o temas divertidos para la boda mucho antes de la fecha. Pero, cuando se trata de los detalles menos glamorosos del proceso, suelen dejarlos para el final.

Los peligros de esto son obvios. Seleccionar los proveedores correctos para la boda no es tan divertido, pero sí es muy importante. Además, mientras más tardes en tomar estas decisiones, menos margen de maniobra tendrás para todo lo demás.

Cuando estás a menos de un mes para la boda y aún no has conseguido al fotógrafo, terminarás pagando mucho más sin importar el fotógrafo que escojas.

Recuerda, el tiempo promedio entre el compromiso y la boda es entre 12 y 16 meses, créeme, es poco tiempo. Así que para evitar cualquier tipo de problemas, aparta un poco de tu tiempo para establecer qué elementos serán necesarios para realizar esa boda perfecta. Una vez que tengas eso listo, empieza a investigar tanto la disponibilidad como el costo de dichos elementos tan pronto como puedas.

Establece un presupuesto

Si no quieres perder la cabeza mientras planificas tu boda, deberás prestar mucha atención a tu presupuesto. Aunque es algo primordial si estás trabajando con un presupuesto limitado, todas las parejas deben poner mucha atención a cuánto están gastando en la boda. Lo que menos quieres es quedar atrapada en deudas justo después de tu noche de bodas.

Entonces, ¿cómo se establece un presupuesto realista? Bueno, todo empieza con lo esencial. En toda boda hay dos tipos de gastos. El primero son los gastos de los elementos primordiales de la boda. Esto comprende todas las cosas que no puedes dejar de tener, como un vestido específico o un proveedor en particular.

Esta “lista de elementos esenciales” será única y ajustada a las necesidades de la pareja, pero debes tener en cuenta que solo estarán esas cosas que te harían cambiar de opinión en cuanto a no llevar a cabo la boda. Todo lo que no pertenezca a la lista de esenciales terminará en la “lista de posibles”. Tal como suena, esta otra lista estará llena de cosas que te gustaría tener en el día de tu boda, pero no son estrictamente necesarias.

A partir de ahí, debes determinar con tu pareja cuál será el presupuesto para la boda. Cuando hayas elaborado ambas listas y fijado el número mágico, tendrás todo lo necesario para mantenerte estrictamente dentro de tu presupuesto. Primero ocúpate de los elementos de la lista de esenciales, y todo lo que sobre podrás destinarlo a la lista de posibles. De esta manera, te aseguras de tener todo lo que necesitas para realizar tu boda perfecta sin sobrepasar tu presupuesto.

Nunca vayas a comprar el vestido sola

Aunque entendemos que cuando planificas tu boda puedes sentir que todo es más fácil si vas a comprar el vestido por tu cuenta, no es lo correcto. El problema de ir a escoger tú sola el vestido es que terminarás con una sola opinión sobre él: la tuya.

De hecho, deberías considerar esto para todos los aspectos de tu boda. Siempre deberías tener una segunda opinión en todas las decisiones importantes que tomes. Siempre debes escoger un vestido que te haga feliz, pero ir con tus amigos cercanos y familiares te ayudará a tomar la decisión más acertada.

Muchas veces tus amigos te ayudan a evitar tomar malas decisiones o te pueden dar la confianza necesaria para escoger esa opción más atrevida. Nunca escogerías el color de los vestidos de las damas de honor sin al menos consultarlo con ellas. Sin importar cuál sea tu decisión final, siempre estarás mejor cuando escuches la opinión las personas cercanas a ti.